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Un océano para lavar las manos
curaduría por Marcelo Campos y Filipe Graciano

Moisés Patricio

 

 

Dedicado al arte y la gestualidad aliados con la perpetuación de una educación afrocentrada, a través de la tenue representación de lo sagrado, Moisés Patrício construye, con objetos hechos de materiales inmortales, una línea de narrativas cotidianas. La inmortalidad, sin embargo, no se conserva únicamente en la materia, sino que, por el contrario, se hace culto. Las ollas, las jarras, las cerámicas son recipientes para agua, alcohol y abô (baño de hierbas). Siempre se convoca el sentido de las plantas, del ewé (las hierbas sagradas). Nacido y viviendo, literalmente, en la encrucijada del lenguaje, el artista comunica lo invisible a través del rescate de los afectos y espiritualidades de la diáspora africana presente en el cuerpo de sus familiares consanguíneos y espirituales, más jóvenes y mayores. Sus formas buscan los rasgos más poéticos, las curvas, de cerámicas, jarras y otros jarrones en bloques de cemento y concreto.

 

Él nos introduce a la presencia negra además de los cuerpos aprisionados.
Es a través del afecto que la supervivencia se hace posible: abrazos, bendiciones, descargas, ofrecimientos. En la encrucijada de lo sensible, lo material y lo inmaterial comulgan para abrir caminos, reconfigurando la presencia negra en toda su humanidad, proyectándola al más allá, situándola en el futuro. En el arte de Patrício, vivimos con la expresión suprema de la (re)existencia de un grupo étnico frente a la violencia. Ahora, instándola a buscar por la reparación y por el derecho a la monumentalidad de la vida y la historia negra.

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